Thursday, April 06, 2006

LOS OLMECAS
Grandes esculturas de piedra, magnificas tallas en piedra verde y madera, vasijas con decoración simbólica, figurillas de barro, en un universo pleno de representaciones humanas, animales y míticas, forman parte de la rica herencia material legada por una cultura que, dad su antigüedad y complejidad, es para muchos la fundadora del extraordinario auge cultural de los pueblos mesoamericanos en la época prehispánica. Hace mas de tres mil años los miembros de esta sociedad, ahora llamados olmecas –término que hace referencia a su gente, estilo artístico, su cultura-, sintetizaron por vez primera las tendencias que se habían venido desarrollando por cientos y aun miles de años entre los pueblos de la región. Es por eso que “los habitantes de la tierra del hule” – lo que significa olmeca en náhuatl- han sido considerados la primera civilización y, por tanto, la cultura madre de Mesoamerica. Ambos calificativos resultan justos para un pueblo capaz de trascender las fronteras de su entorno originario, cualquiera que este haya sido, e infundir su vigor al resto del territorio del México antiguo.

Ahora los constantes descubrimientos de elementos culturales de filiación olmeca, que por todo ese ámbito realizan los arqueólogos, demuestran que nos encontramos no solo ante la cultura más antigua sino ante la que puede considerarse, en sentido amplio, Mesoamerica.
PRIMER ENIGMA
Las cabezas colosales de piedra, los enormes altares y las estatuas antropomorfas y zoomorfas halladas en los sitios olmecas del Sur de Veracruz y Tabasco son los monumentos más antiguos de que se tenga idea en México. En 1942, Matthew Stirling comenzó sus exploraciones en La Venta, Tabasco; casi nada se sabía entonces sobre los olmecas o el lugar que ocupaban en la cronología de las culturas mexicanas anteriores a la conquista. La selva tropical ocultaba gran parte de La Venta y apenas se iniciaba la búsqueda de petróleo en esa región tabasqueña.

Mathhew Stirling y su colega, Philip Drucker, iniciaron sus excavaciones en La Venta dentro del Complejo A, en una plaza hacia el Norte del montículo piramidal de tierra que mide 32 metros. Al realizar las primeras excavaciones encontraron hachas de jade pulido, pisos de arcilla coloreada y varios entierros de la realeza. Uno de los entierros tenia un gran sarcófago de arenisca que representaba un caimán sobrenatural. Otros dos entierros fueron encontrados en una cámara construida con columnas de basalto. En todos los entierros había ofrendas de figurilla de jade, joyas y hachas.

Stirling presento sus resultados en la Mesa Redonda de la sociedad Mexicana de antropología de Tuxtla Gutiérrez en 1942; de inmediato surgieron polémicas respecto al fechamiento de la Venta y los Olmecas. Drucker pensaba que la Venta era contemporánea del Clásico Maya: Alfonso Caso y Miguel Covarrubias, en cambio, argüían que la civilización olmeca era anterior a las demás de México y el área maya. Stirling coincidía con ellos. Dada la enorme cantidad de interrogantes derivadas de la Mesa Redonda, Wigberto Jiménez Moreno escribió ese mismo año “El enigma de los olmecas”, El problema de la antigüedad de los olmecas se resolvió 15 años mas tarde. En 1957, los primeros fechamientos de radiocarbono de La Venta comprobaron que Caso, Covarrubias y Stirling tenían razón: el sitio databa de 800 a 400 a.C. Las investigaciones y fechamientos de radiocarbono mas recientes demuestran que los olmecas abarcan desde cerca 1200 hasta 500 a.C. Aunque la selva que rodeaba a La Venta ya desapareció y muy cerca del lugar hay una refinería de PEMEX, los arqueólogos han ampliado su conocimiento sobre los olmecas: han dejado de ser el enigma que fueron en 1942.

¿DE DONDE SON LOS OLMECAS?

El territorio ocupado por los olmecas abarca desde la montaña de los Tuxtla, por el occidente, hasta la depresión de la Chontalpa, al Oriente. Se han encontrado en este territorio mas de 170 monumentos olmecas; 80% se encuentran en los tres grandes centros de esta cultura: La Venta, Tabasco (38%); San Lorenzo Tenochtitlan (30%) y Laguna de los Cerros, Veracruz (12%). Estos tres grandes centros se distribuyen de oriente a occidente de tal manera que cada uno de ellos exploto, controlo y aprovisiono la economía global olmeca de una serie de valioso recursos naturales. Cabe mencionar que estos tres antes mencionados fueron muy importantes sin olvidar a otros mas pequeños como Tres Zapotes.

ARTE OLMECA
En La Venta, se encuentran formas más elaboradas, tiene un centro ceremonial planificado, aunque con monumentos sólo de tierra y escaso valor arquitectónico. Pero existen sin embargo, montículos de uso religioso, pisos de mosaico de piedra, un recinto rodeado de columnas de basalto y una gran tumba formada de esas mismas columnas.
Es posible ubicar a la cultura ollmeca entre los años 1300 y 600 a. C. basándonos principalmente en su producción escultórica en piedra.
Como un lirio que brota del fango, surgió repentinamente de la selva pantanosa xicallanca un arte cuya fuerza incontenible abrió paso atravesando selvas, ríos y bosques, escalando montañas, para extenderse aun más allá de los confines de Mesoamérica. Trabajaron con esmerada técnica y con refinado sentido artístico, igual el basalto en colosales dimensiones, que el jade en exquisitas figurillas, hachas y cuentas.


A través de Mesoamérica, encontramos en casi todas las áreas estilos parecidos al olmeca que influyó en ellas, ya que se habla de los olmecas como un pueblo que en un tiempo dominó espiritualmente a Mesoamérica.
Por haber sido ahí donde desarrollaron las más altas expresiones de su estilo -herencia única que nos legaron, que no nos revela de donde llegaron, ni cómo eran sus creadores-, pensamos que en el sitio de La Venta, Tabasco, existió el centro ceremonial de las gentes que crearon el arte olmeca".
Ni tan siquiera sabemos las cosas más sencillas de su vida diaria. Otras artes menores a la escultura -quizás la cerámica- nos pueden señalar la anterior trayectoria de esta gente, antes de establecerse en aquel sitio.
Se sospecha la mano dirigente en la concentración de estructuras ceremoniales, que apartan al hombre de la vida cotidiana y le dan oportunidad de acercar sus pensamientos hacia una comunión con la deidad. La vida religiosa se organizó aquí alrededor de un alto montículo piramidal.

ESCULTURA

Las esculturas olmecas, constituyen un estilo; son el vehículo de expresión y el signo visible de una época de integración cultural. Las formas que integran un estilo son como un conglomerado esencial y permanente, en tanto expresan una cultura, pero están sujetas a los cambios propios del mismo proceso cultural.




Los olmecas esculpieron monumentales cabezas de piedra (entre 1.5 y 3 metros de altura) de una hechura perfecta (se conocen 17 de estas cabezas completas); macizos altares rectangulares; enormes estatuas que representaban gente deforme, combinaciones de hombre con tigre, y otros finísimas figurillas.
La mayoría de esculturas del área metropolitana están realizadas en basalto y en andesita (piedras que no se encuentran en la región); los bloques, debieron ser transportados desde distancias de más de 80 kilómetros.
Es en San Lorenzo, donde se realiza, el clásico estilo olmeca, el más puro, el no contaminado, el modelo primordial. La Venta, Tres Zapotes, Laguna de los Cerros, muestran variantes regionales; en muchos aspectos son coincidentes con la escultura de San Lorenzo, pero en otros se distancian considerablemente de esta.
Los olmecas fueron los más antiguos escultores de Mesoamérica; trabajaron no solamente las piedras volcánicas para sus grandes monumentos, sino también las piedras duras, compactas semipreciosas para sus tallas pequeñas, principalmente algunas jadeítas traslúcidas de color verde esmeralda, azul verdoso o grisáceo y, en menor escala, la serpentina, la hematita y hasta se han encontrado en La Venta cuentas de amatista y de cristal roca.
No se sabe con certeza el procedimiento técnico que siguieron para lograr tales pequeñas piezas de talla exquisita y excepcional, sin equivalente en la calidad de su pulimento. Las piezas pequeñas se han encontrado no sólo en la región olmeca metropolitana, sino dispersas en gran parte de Mesoamérica.

FORMA.- En su escultura destaca la preferencia por el volumen, o sea la masa en tres dimensiones contenida por el espacio; de esta mas se define por su pesantez sólidamente arraigada en la tierra, de la cual parece no desprenderse; el ritmo interno de la forma cerrada: los salientes y los remetimientos se recogen creando una unidad plástica que no interrumpe o hiere el espacio circundante; el predominio de las superficies redondeadas que cubren las estructuras de formas geométricas; la monumentalidad que deriva de la justa proporción armónica de las representaciones.
Es precisamente esta última característica la peculiar a la clásica escultura olmeca en su expresión monumental o de pequeñas dimensiones.

LA VENTA
Parque – Museo la Venta
Este parque/museo es único en todos los sentidos. No solo es una de las colecciones más grandes de piezas olmecas, sino que también es el único sitio arqueológico en el Mundo Maya que ha sido trasplantado.
La original ciudad olmeca de la Venta data del año 1500 A.C. y estaba ubicada en la isla de Tonalá, en la costa. Tenía entre otras esculturas excepcionales, las colosales cabezas humanas que han llegado a caracterizar a la civilización olmeca.
Originalmente excavada en 1925, se mantuvo relativamente desconocida hasta el inicio de las perforaciones petroleros en los años 70's.
El temor de que esta industria perjudicara al sitio propició su traslado a Villahermosa.
Hoy en día, el parque/museo contiene 30 esculturas olmecas y otras piezas en un hermoso jardín botánico.
Parque-Museo La Venta

Entre 1957 y 1958 el poeta Carlos Pellicer rescató los principales monumentos del entonces inaccesible sitio arqueológico de La Venta (Huimanguillo, Tabasco), y los colocó en un ambiente semejante al de su extracción para dar a conocer al mundo entero uno de los conjuntos más notables de este tipo: el Parque Museo de La Venta en Villahermosa, Tabasco.
EI crecimiento de Ia ciudad y Ias diversas intervenciones que a través de los años se le hicieron al Parque alteraron su fisonomía, por lo que el Gobierno deI Estado, a través de Ia Señora Soledad H. de Gurría y con Ia asesoría general de Iker Larrauri, emprendió varios trabajos para devolver al Parque su ambiente original, actualizar el programa de conservación de los monumentos arqueológicos y crear un nuevo espacio museográfico, que ilustrara al visitante acerca de Ia cultura olmeca y para ubicar en su contexto Ias esculturas exhibidas.
Una de Ias tareas más arduas e importantes fue Ia reforestación de Ia selva creada por Pellicer a orillas de Ia Laguna de Ias Ilusiones para albergar los monumentos olmecas, Ia cual, por falta de mantenimiento adecuado, estaba parcialmente destruida. Con el propósito de integrar al Parque Museo un zoológico con fauna regional se cambió el acceso al conjunto, cumpliéndose de esta manera el deseo de Pellicer expresado en una carta a Alfonso Reyes fechada en 1957: crear. un poema de siete hectárea [...] un zoológico con las solas especies tabasqueñas[...] es la obra de mi vida [...] Estoy haciendo un poema con los tres reinos y mucho Hombre.
Igualmente se trazaron nuevas veredas en el área donde se ubican los monumentos arqueológicos y, por necesidad, se cambiaron de lugar algunas esculturas. En Ia anterior entrada al Parque se construyó una gran fuente y una plaza donde se exhiben y venden Ias artesanías deI estado, independiente deI recorrido arqueológico. Así mismo, se establecieron nuevos servicios para los visitantes: cafeterías, refugios, sanitarios, teléfonos, servicio de paquetería, señalización, cédulas informativas en el área de los animales, para Ia vegetación y en cada uno de los monumentos arqueológicos.
Bajo Ia supervisión deI INAH y con apoyo técnico deI Instituto Getty de Conservación, se rehicieron -a partir de Ias técnicas de conservación que el propio Instituto ha aplicado desde hace varios años a Ias piezas de La Venta- todas Ias bases sobre Ias cuales descansan los monumentos, utilizando materiales adecuados y con desagües internos para filtrar el agua de Iluvia y así evitar Ia humedad por capilaridad
El guión para el nuevo Museo Los olmecas de La Venta -recinto instalado en Ia gran rampa de usos múltiples que existía en el área deI zoológico regional- fue elaborado con Ia asesoría de los arqueólogos Rebeca González-Lauck y Hernando Gómez, y a partir de él Iker Larrauri realizó el diseño museográfico
Los temas tratados en el Museo son los siguientes: Después de dar Ia bienvenida a los visitantes, se explica el porqué de Ia creación de este recinto, ubicando en su contexto cultural los monumentos deI parque. Se incluye aquí una definición de Ia cultura olmeca como una de Ias más espectaculares deI México antiguo, en la costa deI Golfo, surgida hace 3 000 años. A diferencia de sus contemporáneas, esta sociedad ya estaba dividida, de modo que los campesinos -residentes en aldeas o pequeños pueblos dispersos- mantenían a los sacerdotes-gobernantes y a los artesanos que habitaban Ias bien planificadas ciudades. El segundo tema se refiere al rescate de los monumentos. Mediante fotografías antiguas deI traslado y deI propio Carlos Pellicer se presentan Ias razones por Ias cuales este poeta Ilevó Ios monumentos de La Venta a Villahermosa.
Un mapa deI área de Ia costa deI Golfo con Ias expresiones más sobresalientes de Ios sitios olmecas conocidos hasta Ia fecha, inicia el siguiente tema: EI territorio y el tiempo. En el centro deI espacio museográfico, en un foso de 80 cm de profundidad excavado ex profeso, se aloja una gran maqueta que muestra Ia reconstrucción de Ia parte central de Ia ciudad de La Venta con sus conjuntos de edificios colocados, a una escala convencional, exactamente en el sitio en donde fueron encontrados. Muchos de ellos son una réplica en miniatura de los que están afuera en el Parque. Así mismo, como en el subsuelo de La Venta aparecieron bellas ofrendas, múltiples tumbas, figurillas y sarcófagos, se representaron, a escala también, bajo Ia gran maqueta, Ias ofrendas principales en correspondencia precisa con los montículos superiores. Las cédulas que hablan de los dirigentes, Ias creencias, los símbolos y el arte de los olmecas de La Venta, se encuentran en torno de Ia maqueta.
Los ejemplos de cerámica ceremonial dei área son escasos, por lo cual se decidió reproducir algunas de Ias piezas que se exhiben en el Museo de Sitio La Venta, junto con varias figurillas originales.
Finalmente, por medio de murales y de algunos objetos originales se ilustran Ia supervivencia y el intercambio comercial de los pobladores del área olmeca. En estas secciones se explica Ia riqueza de Ia tierra en Ia cual se asentaron los olmecas y Ia importancia que tuvo el intercambio para alcanzar tan alto desarrollo social.
Como complemento de esta información, EDUMAC y quien esto escribe realizamos un programa electrónico interactivo llamado "Los olmecas y sus relaciones con otros pueblos ", nuevo medio educativo en los museos y ampliamente aceptado por niños, jóvenes y adultos.
Uno de Ios espacios más bellos deI Museo es Ia ofrenda compuesta por 115 hachas originales de piedra verde instalada en una vitrina excavada en el suelo: sobre un Iecho de arena dorada traída de Ia región de Huimanguillo, se coIocaron Ias hachas reproduciendo alguna de Ias tantas ofrendas masivas de materiaIes preciosos enterrados.
Como epílogo se presenta Ia Estela 5 de La Venta, que puede estar relacionada con Ia muerte deI sitio.
Directamente deI Museo sale un camino hacia el Parque Arqueológico. Si el propósito de este recinto se cumple, Ios visitantes observarán Ios monumentos desde otra perspectiva: comprenderán que además de ser magníficas piezas de arte, producto de una sociedad urbana con estructuras de poder consolidadas, cuyo temprano desarrollo -1 000 años antes de nuestra era- se debió, por una parte, a Ia riqueza natural de Ia tierra y, por Ia otra, a Ia organización de una extensa red de intercambio que Ios oImecas fueron capaces de establecer y mantener por cientos de años con el resto de Ios pueblos contemporáneos. Fuera de Ia costa, Ias obras olmecas fueron siempre muy apreciadas. Se Ies encuentra como ofrenda en Ios entierros de gente importante o como reliquia aun en contextos tardíos, Io cual significa el reconocimiento por parte de otros pueblos hacia Ios mitos y símbolos asociados a ellas, valorizándolas quizá como producto de una sociedad más compleja y organizada que Ia propia.

Cabezas olmecas

El hombre es el tema principal de la escultura olmeca. También hay figuras en donde se conjugan rasgos humanos y animales, especialmente del jaguar. De estos, los olmecas tomaron algunos elementos anatómicos - fauces, garras, alas, cejas, manchas de piel - y los estilizaron. Se han encontrado muchas esculturas de niños con rasgos de jaguar, con largos colmillos y garras.
La expresión escultórica más famosa de los olmecas son las cabezas humanas de enormes dimensiones, pero dentro del arte de esta cultura también hubo grandes "altares" rectangulares, esculturas de seres humanos sentados, "estelas" talladas en relieve que representan seres humanos y sobrenaturales, e infinidad de esculturas pequeñas (figurillas, orejeras y "hachas") talladas en piedra verde.
En cuanto a las cabezas colosales, cada una de ellas muestra rasgos faciales distintos, como si fueran retratos de individuos específicos. Pudieron haber sido reyes o sacerdotes. También se ha propuesto que eran jugadores de pelota porque el tocado que presentan todas las cabezas, pudiera ser el casco de protección para este juego ritual. Lo que sí se sabe es que las cabezas estaban totalmente pintadas porque la mayoría presentan restos de pintura.
En 1862 se descubrió la primera cabeza colosal en Tres Zapotes. Sin embargo, San Lorenzo fue un centro de poder territorial importante y por eso ahí se han encontrado el mayor número de cabezas colosales. Todas ellas fueron encontradas escondidas bajo tierra, lo cual contribuye al misterio del significado de estas piezas. En toda la zona se han encontrado unas 16 cabezas, de un peso que oscila entre las 6 y las 25 toneladas, aunque se encontró una en el Rancho de Cobata, Veracruz, de 65 toneladas!
Las enormes piedras que sirvieron para esculpir las cabezas eran traídas de canteras en la zona de los Tuxtlas, más de 80 Km de distancia, a través de montañas selváticas, pantanos y ríos caudalosos. Seguramente se necesitaron cientos de hombres para movilizar las rocas de basalto en balsas a través de los ríos.
Uno de los temas polémicos en relación a los monumentos olmecas es el hecho de que un gran número de las esculturas fueron mutiladas. Se han manejado varias explicaciones, como que fueron los propios olmecas quienes las rompieron, para significar que el retratado había muerto, o bien que fueron destruidas por grupos no olmecas en actos de violencia y dominación.

CABEZAS COLOSALES OLMECAS

“Lo que llamamos “obra de arte” –designación equívoca, sobre todo aplicada a las obras de las civilizaciones antiguas– no es tal vez sino una configuración de signos. Cada espectador combina esos signos de una manera distinta y cada combinación emite un significado diferente”.Octavio Paz
Las cabezas colosales olmecas talladas en piedra son quizá, junto con la pintura de Frida Kahlo y los murales de Diego Rivera, uno de los íconos más populares del arte mexicano. La exposición La magia de la risa y el juego en la sede de la Fundación Proa exhibe, por primera vez en la Argentina, una cabeza de piedra olmeca junto a un grupo de cerámicas modeladas: las denominadas caras sonrientes y algunos juguetes. Toda la muestra procede del actual estado de Veracruz en México y, además, reconoce una cierta continuidad en términos del desarrollo cronológico.
Son varios los motivos que me llevan a centrar la atención en la cabeza colosal olmeca: uno, y tal vez no el más importante, por mi formación de arqueólogo; otro, por la profunda curiosidad que me despierta el arte y su relación con los procesos sociales; por último, por mi condición de director de un museo universitario de antropología.
En esta exposición, la cultura olmeca está representada por una cabeza colosal que lleva el número 9 y fue hallada en 1982 de manera casual por un campesino, cerca de San Lorenzo (Veracruz). Hasta la fecha, son 17 las cabezas conocidas: diez proceden de San Lorenzo, cuatro de La Venta, dos de Tres Zapotes y una de Cobata; los ejemplares de cada una de estas localidades tienen su estilo propio y particular. Casi todas las cabezas han sido mutiladas en tiempos remotos, posiblemente con fines políticos.
El primer hallazgo de una cabeza colosal fue el que hizo José Melgar en 1862 y cuya noticia publicó en el Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (1896). Pero fue Mathew Stirling quien en 1936 inició las investigaciones arqueológicas sistemáticas y modernas en la región olmeca; sus trabajos se prolongaron por varias décadas y tuvieron una notable influencia en la arqueología americana. Por su parte, el pintor, dibujante e ilustrador mexicano Miguel Covarrubias cumplió en las décadas de 1940 y 1950 un importante papel en la valorización de las sorprendentes y remotas manifestaciones olmecas desde la perspectiva artística.
En 1946 escribía en su libro El sur de México: “Según parece, una raza misteriosa de extraordinarios artistas vivió desde tiempos muy antiguos en el Istmo [deTehuantepec], sobre todo en los alrededores de Los Tuxtlas y la cuenca del río Coatzacoalcos. Por todas partes hay tesoros arqueológicos que yacen ocultos en las selvas y debajo de la rica tierra del sur de Veracruz: túmulos y pirámides funerarios; monumentos colosales de basalto tallados magistralmente; magníficas figurillas de precioso jade y otras de barro, modeladas con gran sensibilidad. Todos ellos de una gran calidad artística sin precedentes. La inasequible presencia de un pasado grandioso y remoto en lo que ahora es selva impenetrable y deshabitada, resulta un enigma aún más misterioso porque la mayoría de los antropólogos actuales coincide en afirmar que muchas de estas obras maestras artísticas datan de una época que retrocede hasta los comienzos de la era cristiana. Esta cultura, que aparece de pronto como surgida de la nada en un estado de completo desarrollo, parece haber sido la raíz, el origen de culturas posteriores y mejor conocidas: maya, totonaca, zapoteca, etc.”. Desde 1950 y en adelante, la aplicación del nuevo método del radiocarbono, al poder fechar los restos orgánicos, permitió establecer con aceptable precisión la antigüedad de los materiales arqueológicos, lo que confirmó que las tallas olmecas se remontaban al primer milenio AC.
El núcleo geográfico de la cultura olmeca corresponde a la parte sur del estado de Veracruz y la porción colindante de Tabasco. El paisaje se presenta allí como una planicie costera con lomadas bajas, que debido a su escasa altura sobre le nivel del mar se inunda con facilidad. El área está surcada por ríos de gran caudal, muchos de ellos navegables, y en cuyas desembocaduras se han formado amplios deltas: es el caso del río Coatzacoalcos, por ejemplo. La densa selva tropical que cubría la región, hoy casi ha desaparecido por las modernas prácticas agrícolas y ganaderas y, también, por la intensa explotación petrolera.
Todos los objetos líticos –máscaras, cabezas colosales, tronos, estelas, hachas, estatuillas, esculturas de bulto, etcétera– fueron tallados por los olmecas sólo con herramientas de piedra y madera, pues en Mesoamérica los metales eran desconocidos en esa época. La forma general de las piezas se lograba con instrumentos de piedra, se perforaban con el taladro de arco y para el desgaste y pulido se recurría a arenas o cenizas volcánicas. Lo que debe considerarse es el gran aporte de mano de obra que requería una técnica que podríamos calificar de neolítica, lo cual era coherente con los modos de organización de la fuerza de trabajo en las sociedades preindustriales.
Las materias primas procedían de regiones distantes; la piedra verde (jade, jadeíta, serpentina y otras) para los bienes de lujo se traía probablemente desde el actual estado de Guerrero (México) o del valle del río Motagua (Guatemala). Las cabezas colosales, por su parte, se tallaron en roca volcánica; las de la Venta, Tres Zapotes y Cobata en basalto, mientras que las de San Lorenzo en andesita. Los enormes bloques de roca proceden de canteras que quedan a 100 y 150 Km de distancia y lo más probable es que debieron transportarse en balsas a través de los ríos hasta sus emplazamientos definitivos.
En el área que los arqueólogos han definido como Mesoamérica y en una fecha tan temprana como el 2500 AC, se afianzó una nueva forma de organización social: se generalizó el sedentarismo agrícola, hubo un aumento de la población que se concentró en caseríos y aldeas. Los antiguos modos de vida de los cazadores recolectores fueron dejados.

EL ENTORNO NATURAL DEL MUNDO OLMECA



Es fácilmente comprensible esta obsesión por el jaguar en la soledad mística de la selva, enorme y verde catedral en donde cada ruido, el susurro de las hojas y todo distante crujido de ramas trae a la imaginación la presencia del temible comedor de hombres. Para los indios antiguos el jaguar era símbolo de fuerzas sobrenaturales, y no un simple animal sino un dios y un antecesor.

El majestuoso jaguar es el más grande de los felinos americanos. Durante el día permanece oculto entre las rocas o en la espesa maleza y al caer la noche sale en busca de comida. Acecha y persigue a sus presas. Su dieta puede incluir venados, monos, tapires, conejos, otros pequeños mamíferos e incluso aves y peces. A diferencia de otros felinos, es muy aficionado al agua y cruza nadando con facilidad ríos y pequeñas lagunas. El jaguar, por su bravura, fue considerado un animal totémico entre los habitantes prehispánicos de México; brujos y hechiceros lo tenían como el disfraz más poderoso que podrían utilizar.

Nauyaca real. Es la serpiente venenosa de mayor tamaño en México. Su nombre deriva del náhuatl y quiere decir cuatro narices, ya que cuenta con cuatro orificios en la cara.


Tepezcuintle. Mamífero de las selvas tropicales húmedas. Se alimenta de raíces, corteza, hojas, granos y frutos de plantas. Se encuentra en peligro de extinción.

Zapote Mamey. Árbol siempre verde que forma parte del bosque tropical perennifolio. Llega a medir hasta 40 m de altura con hojas de 25 a 50 cm. de largo ya abundante liquido lechoso en la corteza. Florece de Agosto a Octubre y su madera es de buena calidad.

Ceiba. Dentro de la variada flora de las selvas tropicales húmedas se encuentra la Ceiba. El árbol sagrado de los mayas (yaxché) se caracteriza por las espinas cónicas de su tronco y por sus ramas y hojas compuestas palmadamente. Florece de Diciembre a Marzo.

Águila arpía. Esta magnifica ave es la de mayor tamaño de su género en el mundo. Es hábil cazadora; atrapa monos y osos hormigueros, entre otros animales, y cada pareja necesita de grandes extensiones de selva virgen para vivir. Antiguamente su población se extendía por las selvas tropicales lluviosas en los estados de Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Campeche. Pero por la reducción del exuberante ecosistema, su población se encuentra amenazada.

CACAO 1500 AÑOS EN TABASCO


Tabasco ha sido, desde tiempos prehispánicos un enclave fundamental para producción e intercambio de productos. Su clima subtropical, sus vías fluviales y su acceso a la costa del Golfo propiciaron una de las principales rutas mesoamericanas que puso en contacto al Altiplano Central con la Península de Yucatán y Centroamérica. Quizá por esto no resulte extraño que en esta zona exuberante y dedicada al comercio se cultivara abundantemente el llamado “árbol del dinero”, el cacao.


Tabasco y cacao forman, para los mexicanos, un binomio difícil de separar. Y no es sólo por que el 80% de la producción de cacao de nuestro país se coseche allí, o por que haya un tipo de cacao que lleve ese nombre, sino por que ambos han tenido una historia común por cerca de 1500 años.

El cultivo de cacao fue iniciado por grupos mayas en la costa Atlántica de Honduras y Guatemala hacia el siglo IV de nuestra era, pero se hizo popular en lo que ahora es Tabasco hacia el año 500 d.C. El clima de la costa del Golfo de México favoreció este cultivo e hizo que la región tabasqueña se convirtiera en la más importante zona cacaotera, junto con la del Soconusco.

Además de ser el primer productor de cacao en México, en Tabasco la huella de este producto es mucho más profunda. Hasta finales del siglo XIX todavía se aceptaba como moneda, a una tasa de cambio de 640 gramos por peso, cuando en casi todo el país esa costumbre se había abandonado desde el siglo XVIII. Dos de las bebidas más populares del estado, el pozol y el chocolate, nos recuerdan los usos prehispánicos del cacao.

Como podemos constatar, el maridaje entre Tabasco y el cacao no sólo tiene una tradición milenaria, sino que a lo largo de tantos siglos han logrado influirse mutuamente, pero nunca separarse.

EL ARBOL DEL HULE


Nada, empero, más digno de mirarse
Por quien todo lo anota
Como la fiesta típica, que el indio
Muestra su habilidad en la pelota.

Aquel, primeramente,
Suele sacar de resinoso pino
Densa goma, que lleva el peregrino
Nombre de caucho que le da la gente;
Y con el cual, formada
Viene a quedar una pelota ingente,
Flexible y delicada;
Y tanto así ligera,
Que, con frecuentes saltos, fácilmente
A las brisas alígeras supera.

Los hallazgos arqueológicos han permitido recuperar una gran cantidad de información acerca de una práctica común entre los antiguos habitantes de Mesoamérica, el juego de pelota, que no solamente asombró por la forma que se practicaba, sino también por el empleo en la elaboración de las pelotas de un material desconocido para los habitantes del viejo mundo: el hule o caucho.



Las pelotas eran manufacturadas con el látex extraído de diversas plantas, principalmente de la Castilla elástica, de la familia Moraceae, que actualmente se distribuye, en la vertiente del Golfo, desde el norte de Puebla y Veracruz y el sur de Tamaulipas y San Luis Potosí, hasta la península de Yucatán y, en la vertiente del pacífico, desde Nayarit hasta Chiapas. Es una especie que se encuentra en selvas altas subperennifolias, y medianas subperennifolias, en sitios perturbados, en suelos volcánicos, calcáreos o metamórficos. Su área de distribución y su propia abundancia están fuertemente influidas por la protección que se le brinda.

El Látex, principal producto que se aprovecha del árbol, es un líquido de aspecto lechoso, de sabor amargo, que cambia de color cuando se expone al aire.

Carlos Pellicer(México, 1899-1977)


Poeta mexicano, uno de los más destacados del grupo Contemporáneos. Nacido en Villahermosa, Tabasco, estudió en la ciudad de México. Viajero apasionado, recorre desde adolescente Sudamérica, Europa y Próximo Oriente. Fue profesor de Literatura e Historia en la Escuela Secundaria Nº 4 y catedrático de poesía moderna en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se especializó en Museología y tiene en su haber la creación de varios museos, algunos extraordinarios: el Parque Museo de La Venta, centro de cultura olmeca situado en Villahermosa que inauguró en 1958, la Casa-Museo Frida Kahlo en Coyoacán, ciudad de México, que inauguró en 1964, y el Anahuacalli de arte prehispánico, edificio y colección que fue donada al pueblo mexicano por Diego Rivera y que Pellicer fundó también en 1964. Pellicer es el poeta del trópico, el cantor de los grandes ríos, de la selva y del sol. Es el poeta de los recintos cerrados, las emociones íntimas y la sensualidad, y está considerado como uno de los espíritus más religiosos de la lírica mexicana. Entre sus libros se encuentran: Colores en el mar y otros poemas (1921), Hora y 20 (1927), Camino (1929), Hora de junio (1937), Recinto y otras imágenes (1941), Subordinaciones (1948) y Práctica de vuelo (1956). En 1953 fue elegido miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y en 1964 se le concedió el Premio Nacional de Literatura.


Carlos Pellicer Cámara (1897- 1977) "El poeta de América", siempre se refirió a América por su gran visión Latinoamericana, su compromiso fue construir la identidad original y lograr la independencia intelectual. Nació en la Villahermosa, Tabasco., cuyo entorno natural fue siempre la fuente de inspiración de Pellicer. Su amor por el medio ambiente es palpable Su padre fue Carlos Pellicer Marchena, de oficio farmacéutico, y su madre Delfina Cámara, a quién admiró por su gran carácter, su simpatía, pero sobre todo por su gran amor al prójimo, lo que influyó en su vida poética, además de enseñarle sus primeras letras, a leer versos y a ejercer actos de bondad.Pellicer inició sus estudios de primaria en la escuela "Daría González". Al terminar la preparatoria continuó sus estudios en Bogotá, Colombia, donde fue enviado por el gobierno de Venustiano Carranza.Los viajes por América Latina y después a Europa y Asia, ejercen también gran influencia posteriormente en su obra poética. Fué director del Departamento de Bellas Artes durante 4 años. Su amor por la pintura y la arqueología lo llevó a especializarse en museografía. Incluso en su Ciudad natal el Museo de Arqueología lleva su nombre. Cofundó la revista San-Ev-Ank, en 1918, y un nuevo ateneo de la juventud un año después. También fue secretario privado de José Vasconcelos y en agosto de 1921, junto con Vicente Lombardo Toledano, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Xavier Guerrero entre otros, fundó el Grupo Solidario del Movimiento Obrero. Carlos Pellicer Cámara fue un gran colaborador de José Vasconcelos, en 1930 se unió al movimiento Vasconcelista, fue encarcelado ese mismo año logrando su libertad meses después. Por su ideología política rechazó al imperialismo norteamericano, admiró a Simón Bolívar, fue carrancista y antifranquista. Pellicer colaboró en las revistas Falange (1922-23), Ulises (1927-28) y Contemporáneos (1928-31), "El estudiante" y "Gladios".Representó a la juventud estudiosa de México en Venezuela, fundó la Federación de Estudiantes Colombianos en Bogotá. De 1928-1931 trabaja con un grupo de escritores que publican la revista "Contemporánea", en la que participa con José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Salvador Novo, entre otros. En 1933 fué nombrado miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y prestó sus servicios como director del Departamento de Bellas Artes; Ingresó en la Academia el 16 de octubre de 1953 como numerario; silla que ocupó: XXXI (1º); además fue nombrado miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Para 1964 se le concede el Premio Nacional de Literatura y en 1976 fue electo senador de la República por el PRI en el estado de Tabasco.Entre los museos que ha fundado están: el Parque Museo de la Venta en Villahermosa, acondicionó la casa de Frida Khalo en museo, el de la Venta, y el de Anahuacalli. En 1977 dona una colección de piezas arqueológicas al museo que hoy lleva su nombre, en la ciudad de Villahermosa. Sin duda Carlos Pellicer es uno de los más distinguidos poetas mexicanos del siglo XX.Su poesía posee una particularidad sensualidad que nos refleja y retrata con humana claridad. Entre los poetas de su generación ninguno es más amplio que él en registros y temas. En su poesía conviven los poemas civiles, los épicos, los amorosos, los descriptivos y los que nacen de contradictorios impulsos religiosos y predomina el sentido de la vista, convirtiéndolos en especies de cuadros o murales.Su poesía, te traslada y pone en contacto con la naturaleza descrita en su antología Colores en el mar, además trasmite una gran calidad humana debido a su gran sensibilidad, y pasión por los viajes, por lo que deducimos lo inquieto de su espíritu. Entre sus obras más sobresalientes, encontramos: Colores en el mar en 1921, Piedra de sacrificios, Seis, siete poemas, Hora de junio en 1924, Hexágonos 1937, Recipientes y otras imágenes 1941, Subordinaciones 1949, Práctica y vuelo 1956, Cuerdas, percusión y aliento 1976 Cosillas para el nacimiento 1977.Carlos Pellicer Cámara muere a la edad de 80 años en la ciudad de México el 16 de febrero de 1977, sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres

LA COSMOVISIÓN DE UNA CIVILIZACIÓN VIVA EN EL PARQUE-MUSEO LA VENTA DE VILLAHERMOSA, TABASCO



En el año de 1950, el poeta Carlos Pellicer rescató del sitio arqueológico de La Venta, una serie de esculturas monumentales pertenecientes a la cultura olmeca, llamada por muchos la cultura madre y considerada una de las civilizaciones más antiguas de América.
Con el apoyo del gobierno del estado de Tabasco, Pellicer trasladó durante años cada una de estas piezas a Villahermosa con el propósito que fueran admiradas por todos los mexicanos en un parque-museo que a su vez recreara un paisaje similar al que existió hace siglos en el sitio original. Fue así como nació el museo La Venta, hoy uno de los más visitados del país, recibiendo más de 100 mil personas al mes.
Con el apoyo de Conaculta, a través del Instituto de Cultura de Tabasco, el año pasado se publicó la guía de 134 páginas titulada Un paseo por el parque-museo La Venta, que reúne los antecedentes, orígenes y desarrollo de la cultura olmeca, recopilados por el investigador Lorenzo Ochoa.
Flora y fauna tropicales propias del área olmeca, un zoológico donde se exhiben especímenes como el jaguar, considerado una deidad entre los pueblos prehispánicos, además de un habitat para aves y reptiles, constituyen algunos de los atractivos de este parque-museo que a la fecha exhibe 33 esculturas monumentales, clasificadas en tres grupos: altares, estelas y cabezas colosales.
Los antecedentes históricos del descubrimiento del sitio de La Venta, se remontan a 1925 cuando los arqueólogos Frans Blom y Oliver La Forje, descubrieron en la región de Huimanguillo, Tabasco, los restos de un centro ceremonial cuyo estudio esclarecería la visión histórica del México precortesiano y el despertar de la civilización en Mesoamérica.
En la guía editada por Conaculta, Lorenzo Ochoa afirma que aunque se desconoce la identidad etnolingüística del grupo que desarrolló el estilo artístico olmeca, su nombre significa gente de la región del hule. Los olmecas alcanzaron sus máximas expresiones en el sur de Veracruz, Tabasco y Campeche.

En sus representaciones en piedra, puede reconocerse una temática constante en la que el jaguar jugó un papel destacado. Este animal de acuerdo con algunas interpretaciones fue adorado como uno de los ancestros comunes del pueblo olmeca. Actualmente el parque-museo de la venta exhibe tres de ellos, incluyendo el espécimen único del jaguar negro, único en Latinoamérica y motivo de numerosos estudios por especialistas en zoología.
Además de este felino, los olmecas contaban entre sus deidades a seres fantásticos que amalgamaban atributos de aves y reptiles que fueron plasmados en algunas de las esculturas monumentales del parque, en estelas, bajorrelieves y en las conocidas cabezas colosales.
La figura humana fue tallada también con gran maestría por esta civilización. Esta misma habilidad destaca en la escultura menor y los objetos suntuarios, que incluye fragmentos de barro y piedras preciosas, especialmente las que guardan tonalidades verdes como la jadeíta y la serpentina.
Además de las mencionadas cabezas colosales que se han convertido en un símbolo para los visitantes de Tabasco, destacan entre las esculturas una tallada en roca basáltica denominada Personaje con estandarte, un monumento con bajorrelieves que muestra a un hombre barbado sosteniendo una especie de animal acuática. Además de diversos estudios sobre su significado, la figura ha sido estudiada durante años, pues como se sabe, los olmecas eran lampiños y la presencia de una barba hace suponer la visita de un misterioso extranjero hasta sus territorios.
Abundan también las interpretaciones del reptil u hombre-reptil en el recorrido de este parque. El cocodrilo representaba el símbolo tanto de la tierra como del primer día del año para los olmecas. Cuando fundó La Venta, Carlos Pellicer quizo incluir un cocodrillo vivo para mostrar la magnificencia de esta especie en la cosmovisión de nuestros ancestros.
Desde hace años, el famoso cocodrilo Papillón, nada en un estanque artificial y se ha convertido en uno de los principales atractivos del parque. Entre las anécdotas que se recuerdan alrededor de este reptil, se cuenta su escapatoria del estanque hace varios años, motivo por el que fue bautizado con ese nombre por el mismo Pellicer, en honor al reo de la novela del mismo nombre.
Con una superficie de 8 hectáreas de terreno, ubicadas junto a la laguna de Las Ilusiones en Villahermosa, Tabasco, el parque-museo La Venta ofrece hoy una opción más para conocimiento de la cultura olmeca entre las nuevas generaciones.